Mi experiencia como estudiante de lenguas (II)

martes, 22 de abril de 2008

¡Hola de nuevo!

En la última entrada me quedé en el tema de las lenguas extranjeras. Creo que en mi colegio nos empezaron a enseñar inglés a los siete años. La mayoría de las veces la profesora nos hablaba en castellano y recuerdo que año tras año nos enseñaban lo mismo: presente simple vs. presente continuo, formas de futuro, diferencias must-have to… un rollo patatero. Apenas hacíamos clase de conversación, algunos viernes (aunque suene triste, creo que dependía de cómo nos habíamos portado durante la semana) nos ponían canciones y teníamos que rellenar huecos pero básicamente las clases se limitaban a gramática repetitiva, listenings con un radiocasete hecho polvo y poco más.

También nos enseñaron francés como segunda lengua extranjera pero mucho más tarde, alrededor de los doce años. La asignatura no me desagradaba pero la profesora era muy repelente y se empeñaba en hacernos memorizar verbos y más verbos. En el instituto lo elegí como asignatura optativa pero la profesora, que era francesa, tampoco consiguió que aprendiéramos demasiado. No sé, la verdad es que es una pena porque después de la selectividad lo abandoné por completo y en la actualidad, aunque creo que podría entenderlo más o menos, no sé decir casi nada y menos aun, escribirlo. De todas formas, a ver si dejo la pereza a un lado, saco tiempo y lo retomo.

Por último, a los dieciséis años, me enteré de que mi profesora de inglés de la academia –como me gustaba el inglés, mi madre me apuntó a los siete años a una academia– sabía alemán y le pedí que me diera un curso intensivo en verano. Me gustó tanto que la convencí para que dos horas a la semana me impartiera clases durante dos años y en verano del segundo año de alemán hice la prueba de acceso para acceder a traducción en la Pompeu. Me admitieron, aunque con solo dos años y medio de alemán ya os podéis imaginar lo que me he tenido que esforzar para seguir el ritmo de los demás…

Para terminar, os dejo mi abanico lingüístico que resume mucho mejor que yo mi dominio y experiencia de las lenguas.


1 comentarios:

Eva Revilla dijo...

A mí con el francés me pasa lo mismo que a tí. Lo estudié, pero al no utilizarlo, ahora lo entiendo pero me costaría mucho hablarlo :(

También espero que algún día tenga tiempo de retomarlo.

Eva