Pues eso.

sábado, 14 de junio de 2008

Hola!

Última entrada de "Cero en caligrafía". A estas alturas, después de tantas entradas, está todo dicho, además como las despedidas "sentidas" no me van, prefiero terminar con un toque de humor.



Lo dicho, adiós!

P.D.: La ilustración es de Alberto Montt

Mi experiencia con Internet (2)

miércoles, 11 de junio de 2008

O lo importante que es tener fuerza de voluntad.

Hola,

Sintiéndolo mucho la experiencia de hoy no es exactamente como la última, y no es porque no me queden ranas (¬_¬’), pero ayer olvidé posicionarme frente al aprendizaje lingüístico en línea.

Otra experiencia que tuve con Internet fue en 2º de alemán en la Escuela Oficial de Idiomas. El ritmo de la clase era un poco lento y, con la excusa de la prueba de acceso de la Pompeu, pregunté a la profesora si conocía alguna página web en la que practicar por mi cuenta, y resultó que conocía una web no muy moderna pero con la que podía trabajar de manera autónoma y desde casa.

La página consistía únicamente en ejercicios de gramática. Estaba organizada en varias lecciones, que constaban de una explicación en alemán sobre el tema, seguida de unos ejemplos ilustrados, y un listado interminable de ejercicios, básicamente de rellenar huecos. Cuando los terminabas, el ordenador te marcaba los errores y te daba la oportunidad de hacerlo de nuevo; si te equivocabas otra vez, te daba la solución y una explicación.

Al principio lo cogí con ganas pero poco a poco lo fui dejando porque estaba muy liada con el bachillerato (“claro, claro...” me decía la profesora cuando me preguntaba) y, bueno, también porque además de monótono, nadie controlaba si hacía o dejaba de hacer.

Por supuesto, al aprobar la prueba de acceso, la abandoné definitivamente […].

Sin ninguna duda las herramientas que nos ofrece Internet para aprender lenguas son cada vez más provechosas, pero por más útiles que sean, el uso que hagamos de ellas depende exclusivamente de nosotros. En mi opinión, aprender lenguas en línea está bien pero solo si nos comprometemos a hacerlo, y es que la autonomía que nos ofrece Internet es buena hasta cierto punto… Empezamos creyéndonos autosuficientes y terminamos siendo unos perezosos. O al menos yo.


Ya queda menos, blocaires!


Mi experiencia con Internet (1)

martes, 10 de junio de 2008


O cómo enamorarse de un chico seis años mayor que tú (Segunda parte).

Antes de llegar al desenlace de esta historia, quería deciros que pasado un tiempo me medio enamoré de Mark, hasta tal punto que llegué incluso a decírselo a mi madre… Era cariñoso, guapo (nos mandamos fotos, claro), hablaba inglés… Por supuesto, nunca me declaré aunque sospecho que se lo podía imaginar. Pasamos de despedirnos con un “ok, macht’s gut” (bueno, cuídate) a hacerlo con un “ciao, süβe/süβer” (ciao, niño/cariño…) “schlaf schön, meine kleine Spanierin” (que duermas bien, mi pequeña españolita)… ¡incluso llegó a mandarme fotos de su familia!

Pero, como ya auguraba mi padre, la cosa no terminó bien. El día de mi cumpleaños Mark me mandó un mail muy dulce (cuidado, eh! que me pongo ñoña) con un adjunto. Consumida por la curiosidad, abrí la imagen antes de leer el texto. Era algo así como una postal de esas que puedes bajarte de Internet. Había una rosa roja y una frase felicitándome por mi cumpleaños. Cuando leí el mail, todo se desvaneció: me dejaba. Yo era muy joven, él quería invitarme a su casa pero mis padres no nos dejaban y… su ex novia había vuelto a Colonia.

Y eso fue lo último que supe de él.

Eso sí, los mails corregidos que aun guardo en el último cajón de mi escritorio, no me los quita nadie, y la experiencia en un chat, tampoco.

Cuideu-vos, blocaires!

Mi experiencia con Internet (1)

O cómo enamorarse de un chico seis años mayor que tú (Primera parte).

En primero de bachillerato, con apenas un año de alemán –creo–, conocí a una chica alemana en el instituto y hablando sobre el idioma y demás, me pasó la dirección de un chat “chatcity.de” para que practicara. Recuerdo que hacía poco que en casa habíamos contratado Adsl, así que tampoco me manejaba demasiado bien pero un día me decidí a entrar.

Al principio era un rollo, ya que cuando conseguía que alguien me hablara –perdón por la interrupción pero… ¿sois conscientes de lo difícil que es que alguien te haga caso en un chat en el que conversan más de cincuenta personas a la vez? –, bueno pues la cuestión es que cuando alguien me contestaba el saludo, al poco tiempo, dejábamos de hablar, bien porque yo no podía seguir la conversación puesto que no me enteraba de nada, o bien porque contestaba con miles de faltas y, evidentemente, el otro se cansaba.

Hasta que un maravilloso día entré en el chat con un “hallo, ist da jemand?” (¿hay alguien?) y un tal /Markus me respondió. Estuvimos hablando más de tres horas, le fascinó (o eso decía, claro) que con solo un año de alemán me metiera en un chat para practicar. En tres horas, le había contado que vivía en Castellón, que quería estudiar traducción o filología en Barcelona, y que no tenía novio, jajaja.

Era seis años mayor que yo. Era un chico muy majo, era polaco pero vivía desde hacía ocho años en Colonia. En el chat era muy correcto y apenas intentaba flirtear conmigo, lo que me inspiró confiaba.

El tiempo pasaba y sin darnos cuenta llevábamos chateando casi seis meses, además de escribirnos por correo electrónico. Lo de los mails era divertidísimo, porque sin decirle nada, Mark, que así se llamaba en realidad, me adjuntaba en su respuesta mi mail con las faltas corregidas… ¿No os parece una monada? ^^ La verdad es que con él aprendí muchísimo, todos los viernes hablábamos en el chat y aunque yo cometía errores, siempre me animaba. Me contó también cosas de Colonia, de lo que estudiaba…En fin, que era una manera de enriquecer no solo mi alemán, sino también mis conocimientos del país.

(Ya mismo viene la segunda parte)

Red.es - Congreso Nacional Internet en el Aula

viernes, 6 de junio de 2008

Hola,

os paso unos videos interesantísimos sobre Internet en el Aula y uno de los proyectos educativos de Red.es. Aquí tenéis el link de donde he sacado la información por si os interesa informaros un poco más http://e-learning-teleformacion.blogspot.com/2008/06/agrega-repositorio-de-contenidos.html

Qué paséis buen fin de semana!


PD: por cierto, parece que en España tampoco vamos tan atrasados como pensaba, qué bien ^^



Evaluación (rima con sofocón)

martes, 3 de junio de 2008

Hola!

La evaluación que he “sufrido” durante casi todo el tiempo que pasé en el colegio e instituto es la evaluación normativa y sumativa. No es que los profesores no consideraran el progreso y la evolución del alumno, pero lo más importante en realidad era aprobar el examen final con una nota mayor que cinco; con eso no necesitabas más: estabas dentro de los aprobados –suficiente para que no te castigaran tus padres–, sabías lo mínimo para pasar de curso, y, como los profesores son así, te aprueban porque sí, porque tienes un cinco.

Recuerdo que este sistema sumativo generó algunos conflictos en clase: ¿tenía que conformarse Sofía con un ridículo aprobado en química después de fotocopiarse miles de libros y apuntarse a un curso de química privado? Y Nacho, ¿se merecía un cinco “simplemente” por haber aprobado el examen –no se sabe cómo– pero sin haber hecho la mitad de las prácticas? ¿Y qué pasa con Rubén, que pese a no aprobar el examen mejoró considerablemente en química entre el primer y tercer trimestre?

Confieso, que siempre me han indignado los números, y no solo en los exámenes, sino también en las prácticas. Además de ser injustos en algunos casos, fomentan la competitividad y el malestar entre los alumnos. No sé si lo habréis experimentado aunque estudiando en la Pompeu no me extrañaría lo más mínimo, la cuestión es que en mi clase, por ejemplo, 1) según las notas que sacabas, el resto de estudiantes te miraba y trataba de una manera u otra y 2) las ansias y lucha por sacar la nota más alta o una mejor que la del vecino eran más que palpables en el aula… lo que desembocaba en una escasez de compañerismo considerable.

Después, gracias a Dios, llegó la universidad y aunque el espíritu competitivo continúa existiendo, las prácticas y las evaluaciones parecen no ser tan exageradamente normativas y sumativas como a las que nos tenían acostumbrados.

Por cierto, ¿habéis tenido a una profesora alemana no muy alta y delgadiiiita delgadita? Jaja, mañana os hablo de ella, eso sí, sin dar nombre, que igual se entera Cassany y me baja la nota, XD!

¡Fins demà, blocaires!

I'm not American... I'm Canadian!

miércoles, 28 de mayo de 2008

Hola!

El otro día estuve ordenando cajones y me salieron unos apuntes del curso de inglés en Toronto. Una de las cosas más interesantes que rescaté son un par de fotocopias que nos daban en clase para que conociéramos un poco mejor a los canadienses, y para que si todavía hay alguien que se los imagina como a los americanos, vaya olvidándose del tema... jajaj

Método humanista? Eso parece...

Nos vemos mañana,
Inma

P.D.: el scáner de la uni no hace milagros, así que mejor os las pego en pequeño; si las abrís se ven bien... sorry!





Metodologías

lunes, 12 de mayo de 2008

¡Hola!

Supongo que como estudiantes de lengua, también vosotros habréis “sufrido” más de una metodología. Sin hacer la entrada demasiado pesada, voy a intentar resumir las metodologías que recuerdo:

1- Gramática-traducción: como ya dije en la última entrada, aprendí inglés en una academia. Trabajamos con un libro con muy pocas imágenes. Primero, estudiábamos una lista de vocabulario, después leíamos y traducíamos un texto del inglés al español, y del español al inglés, nos explicaban gramática y hacíamos ejercicios. Las clases eran bastante monótonas, pero confieso que a base de traducir memoricé muchísimas estructuras del inglés.

2- Método directo: el verano pasado pasé mes en Toronto, Canadá, estudiando inglés. Busqué un curso donde no me enseñaran exclusivamente gramática; me interesaba soltarme y hablar con fluidez. En la escuela (ESH Language Centre) el inglés era la única lengua permitida, de hecho, si te escuchaban hablar –incluso en los pasillos– en otra lengua te sacaban una tarjeta roja y si acumulabas tres faltas, te quedabas sin hacer alguna actividad extraescolar, o sin poder usar el ordenador, jaja.

Las clases se centraban en la lengua hablada y la conversación natural. También hacíamos gramática pero le dedicábamos como máximo 45 minutos; nos presentaban un tema, leíamos algún texto relacionado y el resto de tiempo lo pasábamos debatiendo o explicando experiencias personales. Algunas veces también jugábamos al Trivial o a Tabú, en fin, juegos donde era imposible no practicar el inglés.

3- Aprendizaje cooperativo: el verano pasado estudié alemán en una academia de Berlín (Ih Berlin Prolog). El funcionamiento de todas las clases era siempre el mismo: la profesora apuntaba en la pizarra el tema de la clase y nos hacía formar equipos de tres o cuatro personas. Presentaba el tema muy superficialmente, nos repartía material como textos, cartulinas o puzzles, y nos pedía que en grupo escribiéramos una explicación con reglas sobre el tema que había presentado. Al terminar de preparar la actividad, la profesora seleccionaba un grupo para que lo explicara, o bien preguntaba a todos los equipos.

El equipo que mejor lo hacía, o que acertaba más veces –en las clases de vocabulario, lo que teníamos que hacer era comprender sin diccionario una lista de palabras para después rellenar huecos de la pizarra– se llevaba un punto y al final del día, el equipo que más puntos tenía recibía un plus para el examen final. El sistema siempre era el mismo, tanto en las clases de gramática, vocabulario, pronunciación, conversación, etc.


Si tuviera que escoger una metodología me quedaría con el método directo. En mi opinión, trabajar en equipo está bien durante un tiempo, pero hacerlo muy seguido puede cansar; a veces apetece tener voz propia, trabajar a tu ritmo y no “depender” siempre del resto del grupo.

Bueno, os dejo por hoy.

Miss Dominique y Mr. Basil Potter

sábado, 3 de mayo de 2008


Hola!

Una de las clases que mejor recuerdo de cuando era pequeña es la clase de inglés en la academia. Siempre me ha gustado aprender lenguas extranjeras y ya de pequeñita mi madre me apuntó a una academia de inglés. La academia la dirigía exclusivamente mi profesora, así que ya os podéis imaginar lo pequeña que era. No era una de esas academias de inglés modernas, muy bien equipadas, con muchas aulas, muchos estudiantes… no, era justo todo lo contrario.

Dominique, así se llama la profesora, era del pueblo, sus padres tenían familia holandesa si mal no recuerdo, vivían en la zona más turística y desde pequeña hablaba en francés y holandés con sus amigos. Estudió filología inglesa, y alemán y francés, por su cuenta. Cuando hubo terminado la carrera, hizo de una planta baja una “academia” sencilla pero que rápidamente pasó a estar en boca de todo el mundo. La gente hablaba muy bien de ella, y al ser autónoma tampoco cobraba lo que las otras escuelas.

La academia era muy acogedora, con mesas y sillas de madera. Las paredes estaban llenas de pósters en inglés, había dos pizarras antiguas, un televisor con un video y una estantería de mimbre con un montón de fotocopias y libros. Ella, que nos trataba a todos como si fuera una segunda o tercera madre, se sentaba en un taburete en el centro y desde ahí nos daba la clase. Sin duda, lo que más recuerdo es el libro con el nos empezó a enseñar inglés: Inglés para españoles, de Basil Potter.

Es más que probable que llegado a este punto os preguntéis qué tiene que ver todo esto con la asignatura. La respuesta es que mucho. Mucho porque las clases de inglés con Domi son el típico ejemplo de teoría gramática tradicional. Aprendíamos con un libro que igual conocéis. Es un libro muy antiguo, creo que se ha editado más de treinta veces, jaaja y no tiene nada que ver con los libros actuales. Era en blanco y negro, solo tenía dibujos en la hoja del vocabulario y estaba todo en inglés. Cada tema empezaba con una lista de palabras relacionadas con el dibujo que, además, iban acompañadas de la forma en que se tenían que pronunciar. En la página siguiente una lectura con esas palabras y después ejercicios de comprensión, gramática y ejercicios. No había listening.

La manera de trabajar de Domi era la siguiente: primero nos hacía copiar la lista de vocabulario en la libreta, la leíamos en voz alta varias veces y después nos la mandaba estudiar en casa. La lectura la leía ella en voz alta y después nosotros, cada uno hasta llegar a un punto. Después, la traducíamos en la libreta, dejándonos un guión entre línea y línea y en casa teníamos que escribirlo en inglés sin mirar. Al día siguiente, Domi lo revisaba y nos lo mandaba memorizar para la clase siguiente. Era duro y no se parecía en nada a las clases del colegio pero os aseguro que funcionaba. Estuvimos utilizando esta práctica hasta casi en la ESO.

Los primeros años, sobre todo, Domi quería que aprendiéramos a escribir y que lo hiciéramos muy bien y supongo que estaba convencida –quizás porque así fue cómo aprendió ella– de que mediante la imitación y memorización de estructuras lo lograría (hay que decir en su favor, que en mi caso lo logró, por lo menos entonces). Hasta que no “dominamos” el inglés escrito Domi no empezó a machacarnos de verdad con la expresión oral y los listenings, así que hasta entonces éramos estudiantes absolutamente pasivos.

Más adelante el enfoque de las clases cambió y predominaba la teoría estructuralista. Trabajábamos con el conocido libro de Raymond Murphy English grammar in use. Nos pasábamos las clases rellenando espacios en blanco, terminando frases o relacionando phrasal verbs con su significado. El libro era muy útil pero la misma Domi era consciente de lo pesado y mecánico que era, así que lo combinábamos con fotocopias suyas, muchos textos, redacciones y de vez en cuando alguna película subtitulada en inglés.

En la actualidad es mi hermano el que va a Domi, y ¿sabéis qué? que está aprendiendo inglés con mi libro, con el Basil Potter, que es como lo llamábamos. Eso sí, el primer día de clase, Domi me llamó y me dijo que hiciera el favor de borrar todo lo que yo había escrito, ajjaja.

¡Buen fin de semana!

PD: os dejo una foto del ya mayor Mr. Potter.


Teorías lingüísticas y psicológicas

viernes, 2 de mayo de 2008


¡Hola!

Bueno por fin actualizo con la práctica 2 de clase. Me resulta un poco difícil decir con qué teoría lingüística aprendí en el colegio porque si mal no recuerdo había un poco de todo, desde ejercicios de gramática pura y dura hasta análisis de textos, aun así supongo que la teoría dominante era la gramática tradicional, junto con el estructuralismo, especialmente en las clases de inglés.

Con respecto a la teoría psicológica, estoy casi convencida de que si en la escuela me enseñaron siguiendo alguna teoría –es un poco triste pero no me imagino a mis profesores y a las monjas planteándoselo­– fue el conductismo. El papel del alumno en clase era muy pasivo, nos limitábamos a escuchar al profesor, entender lo que nos explicaba, hacer ejercicios y aprobar el examen. No sé si había estímulos y refuerzos pero de lo que no había ninguna duda era que si hacías los ejercicios mal o no sacabas un cinco en el control –jajaja, en el colegio no hablábamos de examen, sino de controlte regalaban un “NM (necesita mejorar)” y una reunión del profesor con tus padres…

Seguro que los profesores no solo enseñaban para que memorizáramos unas reglas o aprobáramos el examen; supongo que lo que más les importaba es que entendiéramos el porqué de las cosas y no solo que nos supiéramos de memoria una par de reglas o fechas, pero si echo la vista atrás no recuerdo ningún ejercicio divertido ni nada parecido que de verdad nos estimulara. Como ya comenté en otra actualización, nunca interpretábamos poesía, por ejemplo, tampoco nunca nos intentaron explicar con una balanza por qué dos cuartos de kilo son medio kilo, y tampoco nunca hacíamos ejercicios de memoria o de agilidad mental, tipo los del Brain Training.

No sé, después de escribir en el blog siempre me “deprimo” un poco. No me gusta que me hayan enseñado así, es triste. La educación, como decía César Coll, requiere una mirada multidisciplinaria, el objetivo del aprendizaje no debería ser exclusivamente que el alumno aprenda reglas, sino que las entienda mediante la experiencia. Me da la impresión de que algunos de mis profesores olvidaron que no “solo” nos enseñaban a hacer problemas, por ejemplo, sino que en sus manos estaba también nuestra formación como una personita más en la cultura de nuestra sociedad.

Para terminar, os dejo una foto de cuando era una personita monina con uniforme de cuadros y tirantes que en vez de "examen" decía "control" ^^


Viva España... ¬_¬'

martes, 29 de abril de 2008

Hola!

Ayer me encontré en El País un artículo que nos viene a todos como anillo al dedo, si bien es cierto que el contenido del mismo no es nada alentador. Como de costumbre, España está de nuevo en la cola de los países desarrollados, esta vez con respecto al uso de la Web 2.0. ¡Qué desastre!


Practising English (with songs)

sábado, 26 de abril de 2008

Hola!

Pensaba actualizar el blog con la segunda práctica de clase pero me he puesto a mirar videos y… creo que en vez de práctica voy a actualizar con música. El problema es que soy la persona más indecisa del mundo y no sé cuál subir.

Como podría estarme toda la noche, voy a reducir las posibilidades a dos: Beck y sus videos, que son bastante raros pero que nunca me canso de verlos, y Jim Noir, otro rarito que descubrí hace un par de meses y que levanta el ánimo a cualquiera.

Mmm... Definitivamente no valgo para escribir críticas musicales, jajaja.

[…]

Piedra, papel, tijera; un dos tres ¡ya!
Han empatado. Un video de cada uno, ¿vale?

[…]

El primero es de Beck, el segundo, de Jim Noir; espero que os gusten después de tanto jaleo! Jajaja. Si no… mmm… lo siento, pero cuánto más se escucha una canción, más engancha, ¡eh!

Bon cap de setmana, blocaires!


P.D.: por cierto, ayer leí en un blog que estaría bien hacer algo fuera de clase; me parece bien. No sé, la mayoría no nos conocemos y por mucho blog que tengamos si no nos posteamos y no perdemos la vergüenza, no nos vamos a conocer ni a la de tres, y es una pena. Pero bueno, es solo mi opinión.



Mi experiencia como estudiante de lenguas (II)

martes, 22 de abril de 2008

¡Hola de nuevo!

En la última entrada me quedé en el tema de las lenguas extranjeras. Creo que en mi colegio nos empezaron a enseñar inglés a los siete años. La mayoría de las veces la profesora nos hablaba en castellano y recuerdo que año tras año nos enseñaban lo mismo: presente simple vs. presente continuo, formas de futuro, diferencias must-have to… un rollo patatero. Apenas hacíamos clase de conversación, algunos viernes (aunque suene triste, creo que dependía de cómo nos habíamos portado durante la semana) nos ponían canciones y teníamos que rellenar huecos pero básicamente las clases se limitaban a gramática repetitiva, listenings con un radiocasete hecho polvo y poco más.

También nos enseñaron francés como segunda lengua extranjera pero mucho más tarde, alrededor de los doce años. La asignatura no me desagradaba pero la profesora era muy repelente y se empeñaba en hacernos memorizar verbos y más verbos. En el instituto lo elegí como asignatura optativa pero la profesora, que era francesa, tampoco consiguió que aprendiéramos demasiado. No sé, la verdad es que es una pena porque después de la selectividad lo abandoné por completo y en la actualidad, aunque creo que podría entenderlo más o menos, no sé decir casi nada y menos aun, escribirlo. De todas formas, a ver si dejo la pereza a un lado, saco tiempo y lo retomo.

Por último, a los dieciséis años, me enteré de que mi profesora de inglés de la academia –como me gustaba el inglés, mi madre me apuntó a los siete años a una academia– sabía alemán y le pedí que me diera un curso intensivo en verano. Me gustó tanto que la convencí para que dos horas a la semana me impartiera clases durante dos años y en verano del segundo año de alemán hice la prueba de acceso para acceder a traducción en la Pompeu. Me admitieron, aunque con solo dos años y medio de alemán ya os podéis imaginar lo que me he tenido que esforzar para seguir el ritmo de los demás…

Para terminar, os dejo mi abanico lingüístico que resume mucho mejor que yo mi dominio y experiencia de las lenguas.


Mi experiencia como estudiante de lenguas (I)

Hola!

Entré en el colegio a los tres añitos y estudié en él hasta los dieciséis, cuando fui al instituto para estudiar bachillerato. Las clases, excepto lengua castellana, religión e inglés eran en valenciano, cosa que a día de hoy no me gusta demasiado, pero bueno, ése es un tema para otro momento. Si a esto le añadimos que la lengua materna de casi todos mis amigos era el valenciano– podría decir que apenas hablaba castellano.

Las clases de lengua castellana y valenciano eran bastante similares, de hecho creo que las unidades de los libros seguían la misma estructura: una lectura con preguntas de comprensión y vocabulario, ortografía y gramática, literatura y, me acuerdo perfectamente, al final de cada unidad había dos páginas con ejercicios interminables de repaso. En las dos lenguas los profesores daban mucho énfasis a la ortografía y gramática, no obstante no recuerdo haber hecho sintaxis en valenciano, mientras que en castellano practicábamos a todas horas y, por lo que Daniel Cassany ha explicado en clase, diría que utilizábamos las famosas estructuras chomskianas.

Como he dicho, en las dos lenguas teníamos un apartado de literatura con poemas o narraciones y teoría. Sin embargo, y muy a mi pesar, nunca nos hicieron aprender de memoria un poema, por ejemplo. Cuando hablo con mi compañera de piso, que es de Zaragoza, no es que se me caiga la cara de vergüenza porque nadie escoge lo que le van a enseñar, pero siento cierta indignación cuando dice que aun se sabe algunos poemas que les hacían aprender e incluso a veces interpretar en las clases de lengua y literatura. A mí nunca me hicieron interpretar nada, nunca tuve clase de teatro y por supuesto, las profesoras nunca nos leían en voz alta poemas o cuentos…

En mi colegio, también teníamos horas complementarias. Básicamente eran una manera de hacer negocio, para las monjas claro. Los padres podían dejar a sus hijos en el colegio hasta la una de la tarde si pagaban mensualmente una cantidad no demasiado barata. Cada día había una actividad distinta: labor (jajja, la guardábamos en cajitas de queso tipo la de President), mecanografía, aeróbic, cocina, modales… pero en mi opinión, todas las clases eran una tomadura de pelo, los profesores no se lo tomaban muy en serio, tampoco había evaluación y me da a mí que no se aprendía casi nada, aunque labores... le regalé unas cuantas a mi abuela, jaja.

Bueno, como ya me excedo de las 400 palabras y no quiero alargarme demasiado, voy a dejar mi experiencia con lenguas extranjeras para otra entrada.

Saludos!

¡Hola!

martes, 15 de abril de 2008

Mmm… no sé como empezar, supongo que debería presentarme y esas cosas. Bien, pues mi nombre es Inma, tengo veintidós años y soy de Vinaròs, un pueblo no muy grande en la costa de Castellón con unos langostinos muy ricos, por cierto, jajajaj. Estoy estudiando cuarto de traducción, hace dos años empecé la doble licenciatura Traducción-Lingüística y terminé el primer curso de Lingüística pero por motivos personales y el poco amor que le tengo a la programación –no sé cómo aprobé Fundamentos de Programación- decidí no continuar, así que ahora sigo en cuarto de Traducción.

Como dije hace unos días en el fórum, he matriculado esta asignatura como libre elección porque creo que puede ser bastante interesante. Además, en vista de cómo la ha enfocado el profesor, confieso que estoy muy emocionada. No me esperaba encontrar una asignatura así en la licenciatura y menos aun que tuviera que crear un blog y una wiki, y la verdad es que me parece muy pero que muy bien que por una vez nos evalúen de un modo más original y no por ello menos válido. Supongo que la asignatura no será fácil y algo me dice que voy (vamos) a tener que trabajar muchísimo pero aun así, la idea del blog me encanta, así que ¡bienvenido sea!

Con respecto a las expectativas del curso, espero que en las clases magistrales se nos enseñe los conceptos y las ideas principales del tema, y sobre los seminarios, doy por hecho que van a ser divertidos e interesantes porque somos muchos y cada uno, como hablante y estudiante de lenguas extranjeras, puede aportar su granito de arena. Además me gustaría que la asignatura me despertara aun más el interés por enseñar lenguas. A estas alturas de la carrera lo único que tengo claro –algo es algo- es que no quiero dedicarme a la traducción.

¿A qué me gustaría dedicarme? No lo sé exactamente pero me imagino siendo profesora de español en Alemania o en otro país, o incluso dando clases de Gramática y Análisis del Discurso en alguna universidad española. El único inconveniente que veo es que a día de hoy creo que no tengo el nivel suficiente para empezar un postgrado y mucho menos aun para elaborar después una tesis doctoral… ¡Buf, qué miedo!

Bueno, creo que ya me he enrollado bastante para ser una breve presentación. Otro día más.

Inma