Metodologías

lunes, 12 de mayo de 2008

¡Hola!

Supongo que como estudiantes de lengua, también vosotros habréis “sufrido” más de una metodología. Sin hacer la entrada demasiado pesada, voy a intentar resumir las metodologías que recuerdo:

1- Gramática-traducción: como ya dije en la última entrada, aprendí inglés en una academia. Trabajamos con un libro con muy pocas imágenes. Primero, estudiábamos una lista de vocabulario, después leíamos y traducíamos un texto del inglés al español, y del español al inglés, nos explicaban gramática y hacíamos ejercicios. Las clases eran bastante monótonas, pero confieso que a base de traducir memoricé muchísimas estructuras del inglés.

2- Método directo: el verano pasado pasé mes en Toronto, Canadá, estudiando inglés. Busqué un curso donde no me enseñaran exclusivamente gramática; me interesaba soltarme y hablar con fluidez. En la escuela (ESH Language Centre) el inglés era la única lengua permitida, de hecho, si te escuchaban hablar –incluso en los pasillos– en otra lengua te sacaban una tarjeta roja y si acumulabas tres faltas, te quedabas sin hacer alguna actividad extraescolar, o sin poder usar el ordenador, jaja.

Las clases se centraban en la lengua hablada y la conversación natural. También hacíamos gramática pero le dedicábamos como máximo 45 minutos; nos presentaban un tema, leíamos algún texto relacionado y el resto de tiempo lo pasábamos debatiendo o explicando experiencias personales. Algunas veces también jugábamos al Trivial o a Tabú, en fin, juegos donde era imposible no practicar el inglés.

3- Aprendizaje cooperativo: el verano pasado estudié alemán en una academia de Berlín (Ih Berlin Prolog). El funcionamiento de todas las clases era siempre el mismo: la profesora apuntaba en la pizarra el tema de la clase y nos hacía formar equipos de tres o cuatro personas. Presentaba el tema muy superficialmente, nos repartía material como textos, cartulinas o puzzles, y nos pedía que en grupo escribiéramos una explicación con reglas sobre el tema que había presentado. Al terminar de preparar la actividad, la profesora seleccionaba un grupo para que lo explicara, o bien preguntaba a todos los equipos.

El equipo que mejor lo hacía, o que acertaba más veces –en las clases de vocabulario, lo que teníamos que hacer era comprender sin diccionario una lista de palabras para después rellenar huecos de la pizarra– se llevaba un punto y al final del día, el equipo que más puntos tenía recibía un plus para el examen final. El sistema siempre era el mismo, tanto en las clases de gramática, vocabulario, pronunciación, conversación, etc.


Si tuviera que escoger una metodología me quedaría con el método directo. En mi opinión, trabajar en equipo está bien durante un tiempo, pero hacerlo muy seguido puede cansar; a veces apetece tener voz propia, trabajar a tu ritmo y no “depender” siempre del resto del grupo.

Bueno, os dejo por hoy.

3 comentarios:

Unknown dijo...

¡Qué mona la foto de cuando eras pequeñita! Me encanta.
Un beso

eLiSa dijo...

Estás muy guapa en la foto! Jeje!

Supongo que sí, que todos hemos sido experiemento de varias metodologias. Yo me he sentido sobre todo así en esta universidad donde cada año creo que han experimentado con mi curso...

Un besito!

eLiSa

Eva Revilla dijo...

Hola!

Estoy de acuerdo contigo que una clase solamente con trabajo en grupo puede ser agobiante. El trabajo individual también es (muy) necesario.

Hasta luego,

Eva